sábado, 23 de julio de 2011

Punto y seguido

Trabajar de bodega en bodega, de vendimia en vendimia, de norte a sur y de otoño en otoño significa llegar, trabajar, dejarlo todo como estaba al principio y volver a hacer las maletas.



Llegamos, trabajamos, y dejamos todo como lo encontramos. Todo o casi todo.




Porque trabajar con gente es compartir muchos momentos. Porque parafraseando a una antigua profesora mía  cuando formas a personas acabas siendo también formado por ellas. Y cuando trabajas con más gente acabas aprendiendo de ellos y ellos de ti. Porque aprender el por qué uno hace el vino que hace pasa por conocer a la persona que está detrás de esa etiqueta. Porque ya he contado antes que el vino nos hace a nosotros.

Porque cuando haces las maletas ya no eres el mismo que llegó allí unos meses antes. Y la gente que se queda allí tampoco es la misma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario