viernes, 27 de diciembre de 2013

Bebiendo libros y leyendo vinos: La Revolución del Vino de José Luis Louzán

Hay momentos en la vida que se impone dar un golpe en la mesa y gritar que ya está bien. Es eso lo que parece hacer José Luís Louzán (periodista y autor también del blog La Trastienda) en su libro La Revolución del Vino, editado en 2013 y ya agotado en su primera edición.
Más que un libro es un manifiesto, una barricada en mitad de la calle y una lluvia de adoquines contra el establishment. Porque este libro para José Luís es un grito contra todo aquello que está vulgarizando al vino: la tecnología, el comportamiento de algunas DO, el márketing, los críticos y un largo etcétera que atentan contra lo que hoy se denomina "vino auténtico". Autenticidad cuyo camino el autor intenta demostrar con una selección de bodegas al final del libro.






El libro es entretenido, sarcástico a ratos, ágil y merece mucho la pena. Se lee en un par de tardes y hay momentos en el que uno siente verdadera indignación ante lo que explica. No pretende ser un tratado, ni es una obra con una larga documentación. Es una conversación con una copa de vino plasmada en un libro sobre en qué se ha convertido el vino y qué debería ser realmente.
Suficientes conversaciones y discusiones he tenido por twitter con el autor para saber lo que me iba a encontrar en esas páginas. Leyéndolo, a ratos sentía que había partes que defendían la tesis de la película Mondovino y otras veces me parecía más de Alice Feiring en su The Battle for Wine and Love. Recuerdo que vi la película y leí el libro cuando era un estudiante y veía el mundo del vino en blanco y negro. Un mundo sin medias tintas donde había que decidir a qué lado de la trinchera quería estar uno. La Revolución del Vino te deja en el mismo escenario, "o ellos o nosotros". Yo a medida que aprendía, hablaba y conocía, descubrí una gama de grises y la parte buena de la trinchera enemiga. Entender sus porqués y saber que hay sitio para más de una verdad. En este libro no había sitio para los matices y se nota. Tampoco creo que fuese el momento. Las declaraciones de intenciones no necesitan matices.
Sé que habrá segunda parte. La esperamos.

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