jueves, 7 de octubre de 2010

La vid es inmortal

Tengo un amigo, al que cariñosamente llamo talibán de la viña, que afirma, mitad en serio mitad en tono provocador, que la vid es inmortal. Evidentemente es exagerar mucho, pero en cierta manera, ya que nos va a sobrevivir a nosotros mismos, con respecto a nosotros es inmortal. Cuando no seamos ya, las vides que plantemos o cultivemos seguirán aquí.
Puede que mueran, claro. Que enfermen, que veamos sus síntomas y las veamos morir. Generalmente poco a poco. Que sepamos de qué están muriendo y no podamos hacer nada.
En cierta manera, cuando te enfrentas a la muerte es mejor saber por qué y cuándo. Poder mirarla a los ojos y comprender que nosotros, al contrario que las vides, somos mortales.
Porque cuando alguien se va repentinamente y sin aviso, o peor aún, cuando alguien decide marcharse sin previo aviso y sin causa aparente, las interrogantes que deja a veces son peores que la propia muerte.
Que en paz descanses, L.

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