viernes, 1 de octubre de 2010

Tierra, palabras y hechos

Era una noche estrellada y volvimos a hacer barbacoa en la calle. Brindabamos por la vendimia del 2010 y hablabamos de todo un poco, de lo bonito que estaba el cielo, de España, de la mostaza francesa, del Medoc, de Saint Emillion. Del cielo de nuevo. Al final el vino no es más que una excusa que da pie a hablar de muchas otras cosas. El vino es una entradilla, un pie, un acompañante pero no el protagonista de una cena.
Desde la ciudad no se ven tantas estrellas, pero esto está lejos de cualquier sitio.
Le pregunté por qué se habían venido al centro de ningún sitio a vivir. "Porque la tierra es buena. El vino está en el viñedo y buscaba un buen suelo. Los franceses buscamos el terroir".
Decidió irse al centro de nada porque el suelo es bueno para el viñedo. Para hacer buen vino se necesita buena uva, y para una buena uva se necesita un buen viñedo.
Al final hay que tener bien claro qué es lo importante. A la hora de hacer vino y en la vida. Son los medios los que justifican el fin.
De nada sirve un buen enólogo si no tiene una buena uva. De nada sirven las palabras si no se acompañan de hechos.
Hace tiempo que ya no creo en las palabras. Que no doy explicaciones ni necesito que me las den. Lo malo es que de momento no soy demasiado bueno demostrando las cosas por los hechos.
Pero tengo claro que para hacer buen vino lo importante es empezar por un buen suelo. Lo que es importante y lo que no.

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