sábado, 23 de marzo de 2013

Mensaje en el tapón (de una botella)



Hay veces que el vino no te dice nada. Y en cambio es el tapón el que te lo dice todo.
"Whatever you do, pour yourself into it"




En el mundo del vino caben muchas visiones, proyectos y maneras de hacer las cosas. Por eso respeto casi todos los vinos que pruebo, me gusten o no, sean mejores o peores. Creo que detrás de cada vino hay un grupo de personas que ha puesto todo su ser en ese vino. Cada uno soportando circunstancias diferentes, empresas distintas, objetivos que no tienen nada en común. 
Mientras haya honradez de por medio y lo hayan puesto todo de si mismos, el vino que hagan tendrá mis respetos.
Lo único que no tolero es la mentira. Que traten de contarme una película que no es verdad, que pretendan venderme la moto, embaucarme con discursos ya desgastados. Porque en el mundo del vino somos tan ridículos que todos hemos acabado contando la misma historia de nuestras uvas y de nuestro vino y haciéndo por lo tanto que eso ya no valga nada: ya sabéis, viñas viejas, esmerado trabajo en campo, selección de racimos, las mejores maderas de los mejores bosques franceses, levadura autóctona y mínima intervención en bodega. Hablamos nosotros en lugar de callarnos la boca y dejar que el vino se exprese. La misma vieja historia una y otra vez.
Recuerdo un día en otra red social donde me puse a hablar de lo que se podría haber hecho con un vino. En general, sin conocer la bodega. Prácticas enológicas permitidas y tan comunes en bodega como la crianza en barrica. Me escribió la enóloga de la bodega para aconsejarme no volver a hablar de esas cosas en público, no fuese que llevásemos a error a la gente.
Llevar a error a la gente contando la verdad...

Estamos haciendo las cosas tan mal que uno entra en un foro de aficionados al vino, con ciertas inquietudes y algo de formación, y ve lo perdidos que andan algunos con la realidad del mundo del vino. Y al final los raros serán los que digan la verdad. 




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