viernes, 24 de septiembre de 2010

Llueve en el Medoc

"A la pregunta ¿ahora qué?, la respuesta: solo queda el caminar. Y taparse la cara nunca, mirar al frente y seguir aunque sea llorando".
Pensabamos vendimiar una parcela de Merlot este lunes. Ha sido un verano muy seco y en esa parcela la sequía se ha notado más. La planta estaba casi bloqueada. Si no iba para adelante, es mejor no dejar que vaya para detrás. Necesitabamos un poco de lluvia. Y hoy ha llovido. Así que la vendimia se retrasa para ver si la planta reacciona y yo, que iba a pasar esta semana aquí, preparo la mochila y me marcho para la otra bodega. Allí la fiesta ya empezó.
Necesitabamos lluvia y llovió. Si no hubiese llovido, no habría pasado nada. Por muy controlado que lo tengas todo, al final acabas haciendo el vino que el año decide. No puedes luchar contra la metereología. No vas a quedarte parado llorando lo que querías que fuese y no fue. A veces decide llover, otras no. No pasa nada, nosotros seguimos.
Porque la vida puede ser una suma de muchos pudo ser y no fue. Y nosotros no nos vamos a quedar parados por ello. "Solo queda el caminar".

jueves, 23 de septiembre de 2010

Dreamers with empty hands

Dreamers with empty hads
May sigh for exotic lands
It's autumn in New York
It's good to live it again
El lunes pasado llegaron unos turistas a la bodega, con los que pude catar un par de vinos. Eran argentinos residentes en Nueva York, y me preguntaron qué hacía allí y qué planes tenía.
- Así que has decidido ir de continente en continente, de norte a sur, de sur a norte. Como los surfistas buscando una ola.
Así que he decidido ir de continente en continente, de norte a sur, de sur a norte, buscando el otoño.
Buscando el paso del verde al ocre.  

jueves, 16 de septiembre de 2010

Tragarme mis palabras

Defiendo desde hace poco tiempo, pero con tenacidad, los vinos sin adornos, sin maquillaje. Encontrar el alma de un vino y saber qué hay detrás. Por eso defiendo los vinos que se elaboran respetando la materia prima. Sin aditivos, sin el uso de levaduras comerciales, sin tanizar, sin sembrar bacterias y sin usar enzimas.
Si están hechos utilizando algo de eso, no me interesan, no tienen alma y poco más hay que discutir.
Pero resulta que a veces, solo unas pocas veces, al quitarse el maquillaje la chica de la noche anterior sigue estando radiante. O escarbando un poco detrás de la soberbia y chulería de algún amigo, se puede encontrar un poco de ternura.
Así que aquí estoy. Preparando la bodega para la vendimia que empezará alrededor del 27. A punto de tragarme mi filosofía y utilizar todo tipo de aditivos. Porque aquí los vinos, por mucha levadura comercial que se utilice tienen un alma jodidamente grande.
Porque a veces, más que lo que se utiliza para hacer algo, importa el alma que se le pone al hacerlo. Y de eso andan sobrados.