jueves, 24 de noviembre de 2011

Leyendo vinos o bebiendo libros: "The battle for wine and love"

Alice Feiring es rara. Muy rara. Para qué negarlo.
Alice Feiring habla en un idioma que muchos enólogos desconocen. Esos enólogos que, como narra en su capítulo dedicado a la Universidad de Davis, quieren ser las "nuevas estrellas del rock".
Alice Feiring es un rara avis en un mundo, el del vino, cada vez más mercantilizado. Ante ya omnipresente "lo importante es vender", ella valora la autenticidad, la tradición, la honestidad. Palabras que pocas veces encajan en una conversación de vino. Afortunadamente Alice no está sola. Y en el viaje que describe a través de estas páginas va sumando soldados a su causa, ya que el título completo del libro es "The battle for wine and love or how I saved the world from parkerization". Defensores de su causa que encuentra en Francia, en Italia, en España...

Ella no valora los vinos numéricamente,
"I want my wines to tell a good story, I want them natural and most of all, like my dear friends, I want them to speak the truth even if we argue".


Esa verdad muchas veces ocultada y camuflada para agradar al crítico Parker, creando vinos estandarizados e iguales, sean de la zona del mundo de donde sean.
Porque al final, Parker y ella viven en mundos distintos. Ella es escritora, él crítico:
"Parker tastes up to ten thousand wines a year for evalution. As a critic Parker focuses on wine tasting and scoring. His criteria, it seems, are power, concentration, and jam. He quantifies. As a writer, I focus on the way wine is made, and why the wines I like taste the way they do. I focus on the story. I qualify. I am short. He is tall. I am urban; he is rural. I am left leaning. He swerves to the right. We were looking at the wine world from different points of view."
Este es el libro que yo regalaría en los actos de licenciatura de las universidades junto con una nota que dijese: "Pon en duda lo aprendido. Viaja, pregunta, lee y decide después cómo hacer tu vino".

lunes, 14 de noviembre de 2011

Honestidad

Al bueno de Bartolomé Sánchez le colaron un gol de novato o de pardillo. Y mientras él maldice con su parte de razón (he dicho el bueno de Bartolomé sin ironía ni dobles intenciones), otros asienten ante sus explicaciones pero saben a ciencia cierta que en el mundo de los críticos y los catadores hay más de una manzana podrida. Y más de dos.
Fuera de España, la revista Decanter llama decepcionante el panel de cata de la añada 2007 de Ribera de Duero, recalcando que el Consejo Regulador le otorgó la denominación la calificación de "muy buena". 
Y nosotros entre vino y vino sufriendo una nueva campaña electoral que parece que no se acaba nunca y en la que brilla por su ausencia, como siempre, la palabra honestidad.

Porque al final, ni el elector ni el consumidor de vinos son tontos. Y solo queremos que no nos tomen el pelo.